Bianca Martins, licenciada en educación física y entrenadora personal desde hace más de seis años, se enfrenta a diario a críticas sobre su aspecto físico. En una entrevista con BBC News, afirma que, a pesar de tener una sólida formación y experiencia en el campo, es juzgada constantemente e incluso ha perdido alumnos por no tener lo que se considera un cuerpo ‘atlético’ o ‘estándar’ para la profesión.
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Según Bianca, algunos alumnos incluso cambiaron de entrenador personal porque pensaban que no tenía el cuerpo ideal. Dice que siempre la han criticado por su físico, pero que ahora la situación es más difícil porque los comentarios vienen de gente que no la conoce.
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“Siempre me han acosado. De niña, en el colegio, luego en las relaciones. Ahora, son comentarios de personas que nunca me han visto, no me conocen y no saben mi historia o mi capacidad. Así que lo que más me molesta es que la gente no conozca mi proceso y me lance esos insultos. Es un error basarse en la apariencia”, afirmó.
Subraya que se somete a revisiones médicas periódicas y que no tiene problemas como diabetes, colesterol alto o tiroides. A pesar de ello, sigue recibiendo críticas por su forma física. Bianca se posiciona como una entrenadora personal atípica y busca ayudar a otras mujeres a aceptarse a sí mismas a través del ejercicio físico.
Cinthya Albuquerque, entrenadora personal de Río de Janeiro (Brasil), también relata situaciones similares. Algunos clientes potenciales la han rechazado por no tener un cuerpo ‘esbelto’. Cinthya, que lleva 15 años entrenando, dice que no se centra en la estética, sino en la salud. Utiliza su experiencia personal de lucha contra la obesidad para inspirar y ayudar a otras mujeres.
“Mi objetivo es cuidar la salud de las mujeres, la estética viene después. He hecho dietas restrictivas y no he obtenido buenos resultados. Quiero ayudar a cualquiera que haya pasado por lo mismo”, añadió.
Según Fabio Britto, coordinador de la cadena de gimnasios Bioritmo, la apariencia del entrenador personal pesa a menudo en la elección de los alumnos, al ser vista como un reflejo de lo que pueden conseguir. Señala, sin embargo, que esta percepción puede ser errónea, ya que muchos profesionales altamente cualificados acaban siendo descartados por no ajustarse al estándar físico idealizado.
“En mis 20 años de experiencia, he visto cómo excelentes entrenadores personales eran descartados por otros menos preparados, pero cuyos cuerpos se consideraban perfectos. La apariencia no puede ser el único criterio de elección. Hay que valorar la formación del profesional y su comportamiento con los alumnos”, afirmó Britto.
