Adja Vitória Pereira da Silva, influencer digital de 25 años, nació con un hemangioma en la cara, un tumor vascular benigno. Nacida en São Lourenço da Mata (Brasil), Silva ha convivido con la afección desde su nacimiento y optó por no extirpárselo, tanto porque estaba acostumbrada como por el riesgo de hemorragia.

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“Cuando nací, fue una sorpresa tanto para los médicos como para mis padres. Cuando me hicieron la ecografía, no podía decir que iba a nacer con un hemangioma en la cara”, contó. El tumor está formado por pequeños vasos sanguíneos que se aglutinan, y su tratamiento puede incluir betabloqueantes, corticosteroides o láser, según los especialistas.

Silva empezó a ser controlada por especialistas cuando sólo tenía tres meses. A los 15 años le apareció un incómodo bulto dentro de la boca, en el lado afectado por el hemangioma, que los médicos decidieron extirpar quirúrgicamente. Sin embargo, la operación estuvo a punto de provocar una hemorragia incontrolable. “Estoy muy asustada. Mi madre y yo decidimos no correr más riesgos”, explicó.

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A pesar de la recomendación del médico de tratar el tumor, Silva ha aprendido a vivir con él y cree que forma parte de su identidad. “El hemangioma forma parte de mi vida desde hace tanto tiempo que me he acostumbrado a él. He aprendido a vivir con él”, reflexionó.

Durante la pandemia de Covid-19, Silva llevaba la mascarilla como una forma de protegerse no sólo del virus, sino también de las miradas de los demás. “Empecé a sentirme bien llevando la máscara. Con ella puesta, me sentía normal, como todo el mundo. Por primera vez en mi vida, no llamaba la atención allá donde iba. Me sentía invisible entre la multitud”, añadió.

Incluso después de que se relajaran las medidas de seguridad, siguió llevando la mascarilla, pero sufría ataques de ansiedad y pánico hasta que decidió dejar de llevarla. “Es como si hubiera vuelto a la realidad, que se fijaran en mí allá donde voy. Sin embargo, poco a poco fui reconstruyendo mi autoestima”, dijo.

Internet desempeñó un papel crucial en la trayectoria de Silva. Sus vídeos sobre su rutina han ayudado a crear una red de apoyo de personas que comparten el mismo diagnóstico o se conmueven con su historia. También tuvo que lidiar con el odio de los haters, pero aprendió a centrarse en lo positivo. “Ya sabía que iba a llegar a esta etapa. Pero es algo que nunca me ha afectado. Me centro en el cariño de los que me quieren”, concluyó.