La historia de Robyn Chambers, una de los bebés más pequeñas nacidos en el Reino Unido, es un conmovedor ejemplo de lucha y superación. Nacida el 8 de marzo de 2023 en el Hospital Grange de Cwmbran (Gales), la bebé vino al mundo con un peso de apenas 311 gramos y unas manos del tamaño de las uñas. Desde los primeros momentos, su fragilidad hizo temer seriamente por su supervivencia, un camino que requirió no sólo valor, sino también el apoyo incondicional de su familia.
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Pasó los seis primeros meses en el Hospital Grange. A continuación, los médicos la trasladaron a la unidad de cuidados intensivos pediátricos del Noah’s Ark Children’s Hospital, donde permaneció siete meses. Después volvió al Grange, de donde fue dada de alta en septiembre de 2024. Un total de 18 meses de cuidados intensivos.
El viaje hasta ahora, sin embargo, ha estado lleno de desafíos. “Fueron momentos muy difíciles”, declaró Chantelle, la madre de la niña, al Daily Mail. Sin embargo, la determinación y la fuerza de Robyn la han convertido en una auténtica guerrera. “En los últimos tres meses ha progresado mucho y se ha hecho lo bastante fuerte para que podamos traerla a casa”, afirmó la madre.
Sin embargo, el viaje aún no ha terminado. A la niña le han diagnosticado encefalopatía hipóxico-isquémica en fase tres, parálisis cerebral, epilepsia y apnea grave, lo que requiere vigilancia constante y cuidados intensivos. Se alimenta a través de una sonda nasogástrica y sus padres se responsabilizan de su cuidado las 24 horas del día.
El nacimiento de Robyn
Chantelle dio a luz a Robyn cuando estaba embarazada de 23 semanas. Una semana antes había sufrido una rotura prematura de membranas. En cuanto Robyn llegó al mundo, los médicos la colocaron inmediatamente en una bolsa de plástico para mantener calientes sus órganos vitales. A pesar de su extrema fragilidad, Robyn sobrevivió.
Su padre, Daniel, describió la dificultad del momento al Daily Post: “Sus venas eran tan pequeñas como un trozo de cuerda, por lo que fue increíblemente difícil para los médicos y enfermeras trabajar con ella”. Su madre, Chantelle, también recordó la delicadeza de su hija: “Sus manitas eran del tamaño de nuestras uñas”.