Un recién nacido de 8 meses, declarado sin vida en Brasil, en el Municipio de Correa Pinto, vio interrumpido su entierro la semana pasada cuando la familia se dio cuenta de que el niño se movía. Un farmacéutico utilizó un oxímetro y confirmó que el bebé presentaba signos de oxigenación en la sangre y latidos cardíacos débiles. La información fue divulgada por el sitio SBT News.
Los bomberos acudieron al lugar de los hechos y comprobaron que el bebé no presentaba rigidez en el cuerpo, una característica común post mortem. Utilizando un estetoscopio, comprobaron que el latido del corazón era débil, aunque el niño tenía las pupilas contraídas y carecía de reflejos.
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El equipo de urgencias trasladó al niño al hospital Faustino Riscaroli, donde se le realizaron más pruebas que confirmaron la muerte. El Instituto General Forense recogió el cadáver, que será sometido a una necropsia. El informe con la causa precisa de la muerte se entregará a la policía en un plazo de 30 días, según informa el sitio web SBT News.