Tras la reciente noticia de que la persona viva más pesada del mundo -ya ex – persona viva más pesada del mundo ha perdido la increíble cifra de 291 kg (el equivalente a 40 pelotas de bowling), repasamos la historia de los seres humanos más pesados de la Tierra. Es una historia turbulenta, trágica e incluso edificante.
La categoría del ser humano más obesa no se cuestiona muy a menudo. Pocos individuos desean hacer pública su obesidad extrema, aunque de vez en cuando surge una nueva historia cuando alguien busca ayuda para lo que es una afección médica muy grave. Los poseedores de récords se enfrentan a una lucha constante, no sólo con su tamaño extremo y cinturas fluctuantes, sino también con los problemas de salud potencialmente mortales que les acompañan.
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Éste es el caso del último hombre que ha sido declarado el hombre más obeso del mundo: Juan Pedro Franco Salas, de la ciudad de Aguascalientes, en el centro de México.
En noviembre de 2016, Franco fue noticia en todo el mundo cuando fue hospitalizado para recibir tratamiento para salvar su vida. Inicialmente se informó de que pesaba 501 kg (79 st), pero en realidad inclinó la balanza a 594,8 kg (93 st 9 lb), el peso de casi 10 hombres adultos promedio.
Sufría obesidad mórbida desde la infancia, agravada por una lesión que sufrió a los 17 años. “Mi cuerpo seguía su propio camino sin control alguno”, explicó sobre su aumento de peso. “Intentaba hacer dieta día tras día, pero nada funcionaba y me desesperé”.
Guitarrista consumado, a Juan Pedro le gustaba interpretar baladas tradicionales mexicanas. “Bailaba bien la cumbia”, dijo su madre, María de Jesús Salas, ‘y tenía dos o tres novias’. Pero pronto quedó incapacitado por su peso y se convirtió en prisionero en su propia casa.
Hace dos años, el joven de 32 años salió de su habitación por primera vez en siete años para someterse a un tratamiento en el hospital que le salvó la vida. Le diagnosticaron diabetes de tipo 2, disfunción tiroidea, hipertensión y líquido en los pulmones. En mayo de 2017, Franco había perdido 170 kg (374 lb; 26 st 10 lb) -aproximadamente el peso de dos canguros- y pudo someterse a una cirugía de bypass gástrico.
Tras el bypass gástrico, se embarcó en un nuevo régimen de dieta y ejercicio que le hizo perder un tercio de su peso corporal en el momento de aparecer en las páginas de Guinness World Records 2019. Ayudado por un equipo de 30 profesionales de la salud, siguió reduciendo aún más su peso, hasta alcanzar los 304 kg en noviembre de este año.
Antecedentes del mismo récord
Antes de Franco, el hombre más pesado del mundo era el también mexicano Manuel «Meme» Uribe Garza, de Monterrey, que alcanzó un peso máximo de 560 kg (1.235 lb; 88 st) -más pesado que seis hombres promedio- en enero de 2006.
Pidió ayuda por televisión y logró adelgazar hasta 381 kg con la ayuda de expertos en obesidad. Manuel fue hospitalizado en mayo de 2014 aquejado de arritmia cardiaca (latido irregular del corazón) e insuficiencia hepática, y falleció tres semanas después a la edad de 48 años.
Otros de los hombres más pesados de los últimos tiempos son Michael Hebranko (EE.UU., 1953-2013), que padeció obesidad mórbida toda su vida y cuyo peso máximo fue de 499 kg (1.100 lb; 78 st) en 1999. Hubo que retirar la pared de la casa de Michael para llevarlo al hospital y utilizar un cabestrillo de ballena para meterlo en la cama.
T J Albert Jackson (EE.UU., 1941-88), por su parte, alcanzó un máximo de 404 kg (63 st 9 lb). El «gordo Albert», como se le conocía, medía 305 cm de pecho, 294 cm de cintura y 75 cm de cuello.
Con un peso de 429 kg (946 lb), Robert Earl Hughes (EE.UU., 1926-58), de Fish Hook (Illinois), fue el primer hombre vivo que figuró por su peso en el Libro Guinness de los Récords original.
A continuación batió su propio récord de ‘circunferencia’, rebautizado como Mayor medida de pecho, con un máximo de 3,15 m (10 pies 4 pulgadas), un récord que sigue vigente hoy en día.
El hombre más corpulento de la historia fue Jon Brower Minnoch (EE.UU.), que padecía obesidad desde la infancia. En septiembre de 1976 medía 185 cm y pesaba 442 kg.
Pero sólo dos años después, en marzo de 1978, Jon ingresó en el Hospital Universitario de Seattle (EE.UU.), donde el Dr. Robert Schwartz, endocrinólogo, calculó que debía pesar más de 635 kg.
Gran parte de este peso se debía a la acumulación de agua, consecuencia de su insuficiencia cardiaca congestiva. Para trasladar a Jon al hospital, se necesitó una docena de bomberos y una camilla improvisada para trasladarlo desde su casa hasta un transbordador. Cuando llegó al Hospital Universitario, saturado de líquido y aquejado de insuficiencia cardiaca y respiratoria, Jon fue colocado en dos camas atadas entre sí. Hicieron falta 13 personas para darle la vuelta.
Tras casi dos años con una dieta de 1.200 calorías diarias, Jon fue dado de alta con 216 kg (476 lb; 34 st). Sin embargo, en octubre de 1981 tuvo que volver a ingresar tras engordar más de 89 kg (196 lb; 14 st). Cuando falleció, el 10 de septiembre de 1983, la persona más pesada de la historia pesaba más de 362 kg (798 lb; 57 st).
Pasos siguientes
Para adelgazantes de éxito como Franco, el futuro es ahora más largo y saludable. “Antes daba entre seis y diez pasos y luego tenía que sentarme”, afirmó. “Ahora puedo caminar más de 100 pasos, incluso 10 vueltas de 40 pasos. Es un gran avance. He perdido peso corporal”.