Hace unos 240 años nació en la India un niño con una rara enfermedad llamada craniopagus parasiticus. Esta malformación se produce cuando un embrión absorbe a otro durante el proceso de división, dando lugar a dos cabezas.
Este fenómeno es extremadamente raro, pues sólo se da en tres de cada 5 millones de nacimientos. Además, es aún más inusual que el bebé sobreviva más de dos años.
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Curiosamente, en el caso del niño indio, hay informes de que la cabeza adicional tenía una ‘personalidad independiente’. Tenía ojos y orejas poco desarrollados y una lengua pequeña. Cuando el niño se alimentaba, la segunda cabeza producía saliva. También intentaba beber agua, pero mantenía los ojos abiertos y no reaccionaba a las emociones de su hermano.
El niño vivió 4 años
Según la información del Museo Hunterian de Londres, donde se expone el cráneo, la vida del niño fue difícil y breve. Tras nacer, la madre lo arrojó al fuego; sin embargo, alguien lo salvó y quedó con algunas cicatrices por todo el cuerpo. Después, sus padres lo exhibieron como atracción de feria, llamándolo ‘bicho raro’. Para muchos, era visto como la reencarnación de una deidad hindú.
Sin embargo, el niño murió a los cuatro años, mordido por una serpiente venenosa. Tras su muerte, sus padres llegaron a recibir ofertas para vender su cuerpo, pero decidieron enterrarlo. La Compañía de las Indias Orientales desenterró el cráneo para hacerle la autopsia. Finalmente llegó al Museo Hunterian de Londres, donde está expuesto.
Otros casos
Entre los casos más recientes de craniopagus parasiticus se encuentra el de un bebé que nació en Bucarest en 2021, pero murió pocas horas después. En 2004, una niña en Egipto llamada Manar Maged sobrevivió después de que le extirparan la segunda cabeza; sin embargo, murió días antes de cumplir dos años debido a una infección cerebral.