Rolf Buchholz (Alemania) tiene 62 años y ostenta dos récords mundiales: el de mayor número de piercings, recuento único (masculino), verificado en 2010, y el de mayor número de modificaciones corporales (masculino), verificado en 2012. 

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Suma 516 modificaciones corporales, entre las que hay varios implantes y 481 piercings (278 solo en los genitales), pero el número ha aumentado con los años.

Algunas de las alteraciones corporales de Rolf incluyen:

  • Varios piercings en las orejas, las cejas y la boca
  • Lengua partida
  • Ojos tatuados
  • Implantes subdérmicos en brazos y pecho
  • Implantes subdérmicos magnéticos en los dedos.

“Mucha gente cree que soy el diablo, pero yo no creo en el diablo”. – Rolf Buchholz

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Rolf, que estudió informática y trabaja para una compañía telefónica en Alemania, empezó a hacerse tatuajes y piercings a finales de 1999, hace más de veinte años, a los cuarenta. 

“Empecé con las modificaciones corporales porque me gustaban”, explicó Rolf.

“Eran divertidas, así que empecé a hacer más y más”.

“Un día vi que podía batir el récord porque conocí a otros poseedores del récord y me di cuenta de que yo tenía más piercings que ellos”.

Sin duda, las modificaciones de Rolf llaman la atención, pero algunas más que otras despiertan el interés del público. 

“Creo que mis modificaciones corporales más famosas son mis implantes de cuernos. Son realmente grandes”, dijo Rolf tocándose los dos implantes subdérmicos en forma de cuerno que tiene en la frente. 

“Aparte de eso tengo muchos implantes, como puedes ver, en los brazos y en el dorso de la mano. También tengo una estrella debajo del pecho”.

Según explica Rolf, tiene 35 implantes en total, todos de silicona de grado médico.

Entre ellos, cuenta varias esferas subdérmicas en los brazos, 6 abalorios genitales, implantes magnéticos en cada yema de los dedos de la mano derecha y un rombo flexible en el dorso de la mano.

“¿Duele? Esa es la pregunta que me hace la gente en todos los idiomas”.

Pero Rolf insiste en que no duelen en absoluto, tirando de ellos y moviéndolos de un lado a otro para demostrarlo. 

Una de las alteraciones más curiosas de Rolf es tener implantes magnéticos subdérmicos en las yemas de los dedos. Aunque esto proporciona a Rolf un gran truco para fiestas, con la capacidad de fijar pequeños objetos metálicos a sus dedos, a veces puede interferir con sus dispositivos electrónicos. 

“Es sólo para hacerlo, y para demostrar que puedes hacerlo”.

“Y tengo todo el cuerpo tatuado”, afirmó, mientras muestra orgulloso las obras de arte que cubren su piel. 

Su cuerpo es un tapiz de tinta gris, una historia contada en dibujos que Rolf se complace en mostrarnos.

“Mi primera modificación fue el tatuaje de la pierna”, empezó indicando la pantorrilla. 

“El único estilo de los tatuajes es negro y gris. Si alguien lo ve, dirá que queda bien… y creo que ese es el estilo”.

Entre sus muchas modificaciones, Rolf reveló que la más dolorosa fue su tatuaje en la palma de la mano. 

Me dolió mucho”, admite. “No tengo una alta tolerancia al dolor”.

Rolf tiene aproximadamente el 90% de su piel cubierta de tinta, aunque los tatuajes no se clasifican como alteraciones corporales para este disco.

“También tengo los ojos tatuados”, prosiguió Rolf, refiriéndose a uno de los rasgos más llamativos de su rostro.  

“Mis ojos son negros, muy negros. Me gustan”.

“Ponen tinta directamente en el ojo. Una vez vi a unas personas con los ojos tatuados y yo también lo quise: si quiero algo, me lo hago”.

Esta técnica en concreto consiste en inyectar tinta negra en la capa superior de la parte blanca del globo ocular (la esclerótica), a través de varios puntos. 

Cuando se hace correctamente, permite que la tinta cubra toda la esclerótica sin dañar la vista.

Permanente y no reversible, esta técnica extremadamente fascinante sólo la realizan unos pocos tatuadores profesionales en todo el mundo.

“Un día vi que tenía el título de Guinness World Records. Fue genial conseguir el récord, porque es algo especial y estoy muy orgulloso de ello”.

“No lo hice por el récord. Al final conseguí el récord, sí, pero hice las modificaciones por mí”.

Cada modificación cambió algo del aspecto de Rolf, le reportó un récord y fama internacional, pero no le cambió a él. 

Todo lo hizo porque quiso, para experimentar con su cuerpo como una obra de arte, y hoy se pone orgulloso delante de una cámara para mostrar sus múltiples alteraciones corporales. 

También compartió que tiene una novia, apasionada de los tatuajes y las alteraciones corporales como él.

“Mis modificaciones corporales cambiaron todo mi exterior, pero no me cambiaron a mí. Soy la misma persona”.

Rolf no se hizo sus tatuajes ni sus modificaciones corporales para causar impacto: su cuerpo es una expresión de sí mismo y de su visión de la vida, y ha hecho lo que le ha hecho feliz.

“Lo hice por mí”, explicó con sencillez.