Laura-Jane Seaman, de 36 años, estaba dando el pecho en la cama del hospital con planes de irse a casa tras dar a luz de forma natural y sin complicaciones. Según «BBC News», el niño, llamado Witham, nació sano en el Hospital Broomfield de Essex (Reino Unido) el 21 de diciembre de 2022. Sin embargo, dos horas después, la madre del bebé falleció.

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Laura-Jane empezó a sentirse mal y preguntó al personal del hospital: “¿Estoy sangrando?”. Sus quejas de mareos y entumecimiento de las extremidades se atribuyeron a la deshidratación. Sin embargo, siguió empeorando y sólo le dieron una galleta cuando perdió el conocimiento. El equipo calificó la caída de Seaman de «desmayo», en lugar de remitirla al equipo de cuidados intensivos.

No se detectó la fuerte hemorragia que sufría, ya que no se le realizó ningún examen abdominal. La joven sangró durante horas antes de ser operada de urgencia. Murió el 23 de diciembre de 2022 tras sufrir complicaciones por una hemorragia intraabdominal. Antes de fallecer, Seaman suplicó a los médicos que no la dejaran morir.

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El 13 de diciembre de 2024, un informe forense concluyó que «fallos básicos» por parte de los médicos habían provocado la muerte de Laura-Jane. Según el informe, la mujer sufrió una «hemorragia peritoneal masiva» tan sólo dos días después de dar a luz.