En vísperas de asumir la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump ha prometido, en más de una ocasión, una rápida resolución de la guerra entre Rusia y Ucrania, un conflicto que dura desde febrero de 2022 e impacta a diferentes naciones por razones militares, económicas y diplomáticas.
Los presidentes de ambos países, Vladímir Putin y Volodymyr Zelensky, hablan de paz para 2025, pero mantienen sus tropas en los territorios enfrentados. El sitio ‘IstoÉ’ detalla los hechos que podrían conducir a una resolución de este conflicto en los próximos 12 meses.
Cambio de rumbo
Durante la campaña electoral en la que derrotó a Kamala Harris y recuperó la presidencia de EEUU, Trump aseguró que sería capaz de acabar con la guerra entre Rusia y Ucrania «en un día». La intención declarada del estadounidense de enfriar el conflicto tiene un peso diferente al clamor por la paz de otros jefes de Estado.
++ Elon Musk señala un obstáculo en la entrenamiento de Inteligencia Artificial
En la práctica, los estadounidenses son los garantes militares de Ucrania en el conflicto. El predecesor del republicano en la Casa Blanca, Joe Biden, aprovechó sus últimas semanas en el cargo para autorizar a los ucranianos a atacar territorio ruso con misiles estadounidenses de largo alcance, en una decisión que reforzó su estrategia de apoyo irrestricto a las tropas comandadas por Zelensky.
El presidente electo, en cambio, se mueve en la dirección opuesta. Además de disfrutar de una buena relación con Vladimir Putin, Trump es un crítico acérrimo de la dirección de los recursos estadounidenses a Ucrania, que incluyó un paquete de 60.000 millones de dólares (alrededor de 366.000 millones de reales al precio actual) aprobado por el Senado en febrero de 2024.
“El apoyo norteamericano es militar, estratégico y de inteligencia, pero la tendencia es que el grifo se cierre. Con la salida de Biden, Zelensky pierde a su principal garante para la guerra”, dijo a IstoÉ Tomaz Paoliello, profesor de Relaciones Internacionales y vicecoordinador del Máster en Gobernanza Global y Política Internacional de la PUC-SP (Pontificia Universidad Católica).
Mientras el trasiego no cesa, entre diciembre de 2024 y los primeros días de 2025, Ucrania llevó a cabo los ataques con mayor número de soldados rusos muertos en un día desde el inicio de la guerra, según su propio Ministerio de Defensa, y una ofensiva en la región de Kursk.
Trump, por su parte, prioriza el cambio de recurso. El viernes 10 dijo que una reunión con Putin está «en fase de definición». “El presidente Putin quiere verme. Lo ha dicho públicamente y debemos poner fin a esa guerra, que es un sangriento desastre”, dijo.
“Ucrania no tiene autonomía para negociar la pacificación por sí misma, depende totalmente de los intereses estadounidenses, que varían, en la región. La pacificación depende de una negociación entre Estados Unidos y Rusia”, afirmó Paoliello.
El papel estadounidense
Para Bárbara Motta, profesora de Relaciones Internacionales de la Universidad Federal de Sergipe (UFS) y coordinadora del Observatorio de Política Exterior (Opex) del Grupo Internacional de Estudios de Defensa y Seguridad (Gedes), hay dos razones principales por las que Trump y sus asesores están «abandonando» a Zelensky.
“Ucrania no tiene recursos suficientes para derrotar a los rusos, lo que significa que, a medio y largo plazo, dar ayuda al país acabará drenando los recursos estadounidenses. Además, la prolongación del conflicto ha contribuido a profundizar una alianza entre Rusia, China, Irán y Corea del Norte, considerados adversarios por la Casa Blanca”, declaró al sitio web IstoÉ.
Zelensky ha destinado la mitad del presupuesto estatal a defensa en 2024, pero la desventaja de Ucrania respecto a sus adversarios no ha cambiado. Además del apoyo estadounidense, el país cuenta con la ayuda parcial de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), que agrupa a 32 naciones, y de la Unión Europea.
“La variable que hay que observar es la autonomía de estos países para posicionarse en el conflicto. Aunque sean independientes en otros ámbitos, los europeos están condicionados por Estados Unidos en términos estratégicos y militares. Es poco probable que adopten una oposición opuesta a la norteamericana”, afirmó el profesor de la PUC.
Señales de retirada
Por tanto, una posible escasez de recursos transmitida por europeos y estadounidenses podría afectar a la postura de Zelensky, que hasta ahora se había mostrado inflexible en su defensa de que Ucrania recuperara los territorios invadidos por las tropas del Kremlin.
En un discurso ante el Parlamento Europeo en noviembre de 2024 -días después de la elección de Trump-, el jefe de Estado ucraniano dijo que esperaba que 2025 fuera el «año de la paz» para su nación. Para Bárbara Motta, el presidente muestra voluntad de diálogo, pero mantiene exigencias que dificultan llegar a un acuerdo.
En su primer mandato, Donald Trump se reunió con Vladimir Putin en la cumbre del G20: debería celebrarse un nuevo encuentro
“Cuando presentó un documento de 10 puntos para la paz en el G20, Zelensky pidió la invocación de un tribunal especial para juzgar los crímenes de guerra rusos y, con toda probabilidad, procesar a Putin. Este es un ejemplo de un término que inhibe el progreso en las negociaciones”, dijo el profesor.
En este punto, el papel de Trump puede hacerse más evidente. “A diferencia de lo que ocurría bajo el mandato de Biden, la administración de Trump está mostrando una voluntad de conseguir que Ucrania acepte sacrificar territorio o, posiblemente, crear zonas desmilitarizadas, lo que podría hacer posible un acuerdo”, dijo Motta.
“Estamos más cerca de la paz de lo que nunca hemos estado con la llegada de Trump al poder, lo que no impide nuevas ofensivas por ambas partes, ya que pueden justificarse para tener un mejor poder de negociación en la mesa de negociaciones”, añadió Paoliello. Incluso las recientes ofensivas ucranianas en territorio ruso lo han señalado: con tropas en territorio enemigo, Zelensky tiene más que ofrecer a Putin.