Las revelaciones más impactantes suelen llegar al final de las conversaciones, y esta entrevista con Bill Gates no fue la excepción. El magnate tecnológico eligió los últimos minutos para compartir una cifra que deja sin aliento: su Fundación ha destinado más de 100 mil millones de dólares a combatir enfermedades prevenibles y reducir la pobreza global. «Y todavía tengo más para donar», añade con una serenidad que contrasta con la magnitud de la cifra.
Para dimensionar el alcance de esta donación, basta compararla con el producto interno bruto de Bulgaria o el presupuesto total del ambicioso proyecto ferroviario británico HS2. En términos más contemporáneos, equivale aproximadamente a lo que Tesla, la empresa de Elon Musk, genera en un año de ventas. Ironías del destino, Musk ahora ocupa el lugar que Gates mantuvo durante años como el hombre más rico del planeta.
La alianza filantrópica entre Gates y Warren Buffett está redefiniendo el panorama de la beneficencia global. A través de la Gates Foundation, creada originalmente con su ex esposa Melinda, ambos multimillonarios están canalizando sus fortunas hacia causas humanitarias con un impacto sin precedentes. Esta fusión de recursos representa un nuevo modelo de filantropía a gran escala.
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El espíritu de generosidad no fue algo que Gates desarrolló tras amasar su fortuna. «Mi madre siempre insistía en que la riqueza traía consigo la responsabilidad de compartirla», recuerda con visible emoción. Este mayo, cuando la Fundación celebre sus 25 años, la cifra revelada en exclusiva a la BBC servirá como testimonio del cumplimiento de ese mandato maternal.
De los aproximadamente 60 mil millones de dólares que ha aportado personalmente a la Fundación, Gates asegura que la donación no ha alterado su calidad de vida. «No he tenido que renunciar a nada», afirma con una sonrisa. «Sigo comiendo las mismas hamburguesas y viendo las mismas películas». Esta declaración refleja la magnitud de su fortuna, que le permite mantener sus lujos personales, incluyendo su jet privado y sus múltiples residencias, mientras continúa con su misión filantrópica.
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El tema de la herencia familiar ha sido objeto de extensas conversaciones con sus tres hijos. Gates revela que ha dedicado considerable tiempo a determinar la cantidad «adecuada» para dejarles. Cuando se le pregunta directamente si sus herederos quedarán en la pobreza, responde con una sonrisa reveladora: «No, en términos absolutos les irá muy bien. Es solo que en términos porcentuales, no representa una fracción significativa de mi fortuna».
Como matemático por naturaleza, Gates aborda incluso este tema familiar con precisión numérica. Si consideramos que su fortuna actual se estima en 160 mil millones de dólares según el Índice de Billonarios de Bloomberg, incluso un pequeño porcentaje garantizará que sus herederos mantengan un estilo de vida privilegiado. Esta aproximación matemática a la herencia refleja su mentalidad analítica, equilibrando su compromiso con la filantropía y su deseo de asegurar el bienestar de su familia.
La decisión de Gates de hacer pública esta información marca un hito en la historia de la filantropía global. Su ejemplo podría influir en otros multimillonarios, estableciendo un nuevo estándar para el compromiso social de los ultra ricos. Mientras tanto, su Fundación continúa expandiendo su alcance, demostrando que es posible combinar el éxito empresarial con un impacto social significativo, sin comprometer el futuro de las próximas generaciones familiares.