











El Departamento de Educación de Estados Unidos soltó una bomba el pasado martes 11 de febrero, al exigir que los títulos, récords y premios ganados por mujeres transexuales en el deporte femenino se atribuyan ahora a las mujeres biológicas que «deberían haberlos ganado».
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La medida llega tras la polémica orden ejecutiva de Trump que prohíbe a los transexuales participar en competiciones femeninas. El DOE ha enviado una carta urgente a la National Collegiate Athletic Association (NCAA) y a la National Federation of State High School Associations (NFHS) para que las competiciones sean «corregidas».
Candice Jackson, consejera general adjunta del DOE, fue clara: “No podemos deshacer el daño infligido por años de políticas que negaban la realidad material”. Esta medida pone en entredicho la histórica victoria de Lia Thomas, la ex nadadora de la Universidad de Pensilvania que se convirtió en 2022 en la primera atleta transgénero en ganar un campeonato nacional de la NCAA. Thomas venció a Riley Gaines, una estrella conservadora que ahora lucha activamente por la exclusión de las mujeres trans del deporte femenino.