La administración de Vladimir Putin ha decidido ralentizar el ritmo de las negociaciones con el equipo de Donald Trump tras un período de intensos pero caóticos intercambios diplomáticos que se extendió por casi tres semanas.
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Las alarmas se encendieron en Moscú ante dos realidades evidentes: la ausencia de una estrategia coherente por parte del nuevo mandatario estadounidense para abordar la crisis, y el descubrimiento de que sus emisarios mantienen posiciones significativamente más alineadas con Kiev de lo que Trump había sugerido inicialmente.
Según reveló una fuente cercana a las negociaciones rusas, Trump aspiraba a replicar el «modelo Gaza» en este conflicto. La estrategia consistiría en emular su aproximación al territorio palestino devastado por la guerra contra Hamás: presentar una propuesta sorpresiva y ambiciosa para forzar a las partes enfrentadas a negociar sobre ella.
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Sin embargo, como señaló el informante a Folha, el consenso en Moscú es que incluso esta aproximación carece de solidez conceptual. Existe la posibilidad de que la propuesta tome forma más definida para el fin de semana, cuando Keith Kellogg, enviado especial de Trump, presente el plan de paz en la Conferencia de Seguridad de Múnich.
El portal Semafor reveló este lunes 10 de febrero que Kellogg anticipó a sus allegados la presentación de diversos escenarios para resolver el conflicto, aunque sin profundizar en los detalles. Esta opacidad podría interpretarse como una táctica rusa para fortalecer su posición negociadora.
Un sondeo realizado entre tres fuentes próximas al Kremlin arrojó un consenso en la desconfianza. Coincidieron en desmentir las declaraciones de Trump, publicadas en «The New York Post» el domingo 9, sobre supuestas conversaciones con Putin relacionadas con la negociación.
Al ser consultado, el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, se limitó a una respuesta ambigua, alegando la imposibilidad de «confirmar o negar» debido a la existencia de «múltiples canales de comunicación activos».
Las primeras aproximaciones del 20 de enero fueron lideradas por Donald Trump Jr., revelaron negociadores rusos. Su participación no es casual: sus vínculos con Rusia en 2016 alimentaron especulaciones, nunca verificadas, sobre la influencia de Putin en la primera victoria electoral de su padre.
Sin embargo, el panorama se tornó nebuloso con la multiplicación simultánea de contactos diplomáticos y empresariales. La perspectiva rusa se agravó al constatar que la mayoría de las propuestas se alineaban más con las exigencias de Zelenski que con la postura de Putin.