El Día del Padre, conmemorado cada 19 de marzo en coincidencia con San José, ha experimentado cambios significativos en su estatus laboral español. Esta fecha ha perdido su categoría de festivo nacional tras la Transición democrática, quedando como celebración principalmente cultural con reconocimiento oficial limitado.

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Actualmente, solo la Región de Murcia y la Comunidad Valenciana mantienen esta fecha como día no laborable para 2025. En Valencia reviste especial importancia por constituir la culminación de las Fallas. Diversos municipios, como algunas localidades aragonesas, pueden establecer festividades locales coincidentes.

La institucionalización del Día del Padre como celebración española se remonta a 1948, siendo Manuela Vicente Ferrero, docente madrileña de Vallecas, su principal impulsora. Su iniciativa respondió a inquietudes de padres que señalaban el desequilibrio frente al Día de la Madre.

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La selección del 19 de marzo respondió a criterios religiosos, identificando a San José como arquetipo paternal católico. El contexto franquista favoreció su consolidación como festividad laboral. Sin embargo, el proceso democratizador posterior reconfiguró el sistema de festividades nacionales, excluyéndolo progresivamente.

La celebración presenta variaciones internacionales. Mientras países mediterráneos como Portugal e Italia comparten la fecha del 19 de marzo, la tradición anglosajona y latinoamericana la sitúa en el tercer domingo de junio, correspondiendo en 2025 al día 15.