La política antiinmigración del Gobierno de Donald Trump en Estados Unidos se saldó el domingo 26 de enero con la detención de 956 personas, el mayor número de arrestos de inmigrantes ilegales en suelo estadounidense desde que Trump volvió al poder.
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Según el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), el Servicio de Inmigración de EEUU, la mayoría de los detenidos son personas que han cometido delitos.
Las agencias federales con amplios poderes de detención han realizado redadas en varias ciudades, como Chicago, Newark, Nueva Jersey y Miami. Desde que asumió el cargo, Trump ha emitido 21 decretos para reformar el sistema de inmigración de EEUU y ha impuesto una política de línea dura para cazar inmigrantes.
La línea dura de Trump contra los inmigrantes se intensificó este fin de semana y repercutió en las relaciones con los países latinoamericanos. El sábado 25 de enero, brasileños deportados llegaron a Brasil esposados y atados, lo que desató una gran polémica internacional.
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Los presidentes de México y Colombia se negaron a recibir aviones con pasajeros en las mismas condiciones, pero el Gobierno colombiano dio marcha atrás después de que Trump impusiera sanciones económicas.
La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) ha convocado para el 30 de enero una reunión de última hora para tratar la crisis migratoria. La jefa de Estado de Honduras, Xiomara Castro, que es presidenta pro tempore de la Celac, anunció la cita en sus redes sociales.
La política antiinmigración de Trump ha generado una gran polémica internacional y está afectando a las relaciones entre Estados Unidos y los países latinoamericanos.
La crisis migratoria también está generando preocupación por la violación de los derechos humanos y la seguridad de los inmigrantes. Es importante que los líderes mundiales trabajen juntos para encontrar soluciones a esta crisis y proteger los derechos de los inmigrantes.
