El gobierno del presidente Donald Trump dio un giro radical a la política migratoria estadounidense al desactivar la aplicación CBP One, una herramienta digital que desde enero de 2023 había servido como puerta de entrada legal para migrantes que buscaban solicitar asilo en Estados Unidos.

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La medida, implementada minutos después de que Trump asumiera la presidencia, no solo eliminó la plataforma sino que también canceló todas las citas previamente programadas, dejando a miles de migrantes sin una vía legal para ingresar al país.

«Es un cambio drástico en la política fronteriza», señaló un experto en migración que pidió mantener el anonimato. «CBP One representaba un intento de gestionar la migración de manera ordenada y ahora, sin esta herramienta, nos enfrentamos a un escenario de mayor incertidumbre».

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La aplicación, lanzada originalmente en octubre de 2020, había evolucionado hasta convertirse en un instrumento crucial para la gestión migratoria, permitiendo no solo la programación de citas para solicitudes de asilo, sino también facilitando diversos trámites fronterizos para viajeros regulares.

Las consecuencias de esta decisión ya generan preocupación entre funcionarios de seguridad nacional. «Sin una vía legal disponible, es probable que veamos un incremento significativo en los intentos de cruce irregular», advirtió un funcionario del departamento. Esta preocupación es compartida por José María García Lara, director del albergue Movimiento Juventud 2000, quien anticipó que muchos migrantes podrían verse empujados a buscar alternativas irregulares para cruzar la frontera.

El impacto de esta medida podría extenderse más allá de la frontera. Agentes fronterizos prevén un aumento en las actividades de contrabando humano, mientras que organizaciones de derechos civiles, encabezadas por la ACLU, ya han iniciado acciones legales argumentando que la eliminación de CBP One, combinada con las restricciones existentes, efectivamente anula el derecho a solicitar asilo.

La decisión ha generado especial preocupación en ciudades fronterizas como Tijuana, donde cientos de migrantes que ya habían cumplido con los requisitos legales para ingresar a Estados Unidos se encuentran ahora en un limbo legal. Las autoridades locales temen que esta situación pueda desencadenar una crisis humanitaria en las comunidades fronterizas.

La eliminación de CBP One marca un punto de inflexión en la política migratoria estadounidense, señalando un retorno a medidas más restrictivas y generando interrogantes sobre el futuro del sistema de asilo en Estados Unidos. Mientras tanto, miles de migrantes esperan en la frontera, enfrentando un futuro cada vez más incierto.