Decenas de ataques contra vehículos e instalaciones de Tesla se han registrado en las últimas semanas en Estados Unidos. Concesionarios y estaciones de carga de la compañía de Elon Musk han sido incendiados en diferentes estados en medio de las protestas contra la administración del presidente Donald Trump.

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Musk, uno de los principales apoyos de la candidatura republicana, dirige actualmente el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), el organismo responsable de los recortes de gastos en agencias federales como USAID.

Además de manifestaciones pacíficas en concesionarios y fábricas de Tesla en Norteamérica y Europa, se han registrado episodios más agresivos. En Colorado, una mujer fue acusada de lanzar cócteles molotov contra concesionarios Tesla y de pintar con spray frases como «coches nazis» en edificios de la empresa. En Carolina del Sur, un hombre fue detenido la semana pasada acusado de prender fuego a estaciones de carga de Tesla cerca de Charleston.

Otros incidentes tuvieron lugar en Portland y Seattle, ciudades progresistas del noroeste de EEUU, donde la oposición a Trump y Musk es fuerte. En Oregón, un hombre se enfrenta a cargos por atacar una tienda de Tesla con cócteles molotov y disparar a las ventanas. En Tigard, en los suburbios de Portland, un concesionario de coches recibió más de una docena de disparos.

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En Seattle, cuatro cibercamiones fueron incendiados en un aparcamiento Tesla. En Las Vegas, el ataque más reciente tuvo lugar en la madrugada del martes 18 de marzo, cuando se quemaron vehículos de la marca en un centro de servicio Tesla. La palabra «resist» fue pintada con spray en las puertas del edificio, mientras los sospechosos lanzaban cócteles molotov y disparaban contra los coches.

Musk comentó brevemente los ataques durante una aparición en el podcast del senador Ted Cruz el lunes. Según él, «al menos parte de esto está organizado y financiado» por «organizaciones de izquierdas en Estados Unidos, respaldadas por multimillonarios progresistas».